Con los muertos no se Juega de Andreu Martín & Jaume Ribera
Con los muertos no se juega
Se puede jugar con el corazón de una pobre niña rica pidiéndole dinero para comprar libros y utilizándolo para pagarse un par de profesionales del sexo… Se puede jugar con el miedo de una famosa modelo y actriz de cine, y asediarla con llamadas telefónicas amenazadoras hasta hacerla enloquecer… Se puede jugar al escondite con un traficante de drogas, metiéndose en su discoteca y destrozándolo todo sólo para llamar la atención… se puede jugar con las palabras y elaborar teorías literarias, revolucionarias iconoclastas sobre autores clásicos de toda la vida y sus detectives de ficción, con la única intención de ligar… Se puede jugar con cueros, cadenas, mordazas y látigos… Se puede jugar en casa y en la calle, en el hospital, en el aparcamiento, en el asilo de ancianos, en el restaurante y hasta en casa de tu hijo, en compañía de nuera y nietos… Se puede jugar a policías y ladrones, y a investigadores privados, como los de las películas; y al ajedrez, al parchís, al póquer, al mus, y hasta a la ruleta rusa… Pero con los muertos, no, eso sí que no: Con los muertos no se juega.
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